"Hitzen bitartez" o, en castellano, "A través de las palabras", el qué queda a elección del lector. Y es que, ¿qué no se puede hacer a través de la palabras? Sea escribiendo, sea leyendo, podemos aprender, viajar, compartir, reírnos, soñar, divulgar, transportarnos a tiempos pasados y futuros, conocer diferentes opiniones, transmitir ideas... No hay más límite que el que te pones tú mismo. Carlos Murgiondo.
miércoles, 7 de mayo de 2014
Adiós, Estado del Bienestar.
Uno de los mayores logros del siglo XX fue la creación del llamado Estado del Bienestar, donde los poderes políticos son los responsables de garantizar el bienestar del ciudadano, valga la redundancia. Para ello, han de garantizar que las necesidades, al menos básicas, de la gente reciban la asistencia adecuada: Seguridad Social, vivienda, educación pública… No obstante, no hay más que leer el periódico o escuchar las noticias para darnos cuenta de que dicho Estado del Bienestar se va a pique con las medidas de los grandes bancos y recortes del gobierno, hemos pasado de centrarnos en las personas a darle más importancia a los bancos y grandes multinacionales, y eso debe cambiar.
En septiembre del pasado año el rey de Holanda, Guillermo Alejandro, dijo que había que sustituir el actual estado de bienestar por una “sociedad participativa”, lo cual es un grave error. ¿Para qué cambiar un modelo conocido y que funciona por un concepto abstracto y sin especificar? Para lo de siempre: hacer a los ricos más ricos y a los pobres más pobres, conseguir que tanto los bancos, y sus grandes accionistas, como la clase política dominante se enriquezcan a costa de los ciudadanos. Ya se está haciendo en España, cuando por ejemplo en 2011 se modificó la Constitución para dar prioridad al pago de la deuda por encima de cualquier cosa.
Las cifras no engañan: según un informe del Banco de España el número de hogares desahuciados desde 2008 asciende a la escandalosa cifra de 171.110, la mayoría de los cuales son primeras viviendas. Se trata no solo de algo inhumano sino también inconstitucional, ya que como determina el artículo 47 de la Constitución Española “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación.” Para colmo, es una cifra doblemente escandalosa ya que, aquí mismo, en la Comunidad Autónoma del País Vasco, son 161.419 el número de inmuebles vacíos, ¡por lo que solo en nuestra comunidad podrían caber la mayoría de las familias desahuciadas de toda España! Ya es hora de que, como reivindica PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca), luchemos por que no haya “ni gente sin hogar ni hogares sin gente”.
Sin embargo, no se trata solo de los desahucios, de las políticas “personicidas” del gobierno, sino también de la privatización del sistema sanitario, la disminución de ayudas públicas, dificultades a la hora de cobrar prestaciones laborales, el número de parados en constante aumento, la escasez de becas…
En conclusión, el Estado de Bienestar, en el que lleva viviendo España desde alrededor de 1978, parece desmoronarse bajo el peso de las medidas contra-humanas de la clase gobernante y potencias económicas. En esta difícil situación, “los de arriba” deben recordar (o debemos hacerles recordar) que son las personas las que tienen prioridad, por lo que son éstas las que hay que rescatar y no los bancos, en contra de todo lo que se está haciendo.
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