miércoles, 6 de noviembre de 2013

La irrebatible teoría de la evolución.


Muchos son los expertos y científicos que durante siglos han rebatido la teoría de la evolución y, por increíble que parezca, aún hay quien se opone a ella. Sin embargo, pocos hechos están tan probados y demostrados como esta teoría propuesta por el naturalista Charles Darwin, y hoy en día, resulta indudable que si estamos aquí no es por otra razón que ésa: la evolución.

“Somos el resultado de la evolución biológica de la especie humana”. Esas fueron las palabras de la científica americana Lynn Margulis, cuyas demostraciones contribuyeron a dar credibilidad a la famosa teoría de la evolución darwiniana. Por todos es sabido que los primeros seres vivos sobre la tierra no fueron humanos, y que con el tiempo nuestra raza haya llegado a tal nivel de desarrollo demuestra que en las especies se han ido produciendo pequeños cambios graduales, que han convertido el planeta en el que hoy conocemos.
No solo eso, también hay que tener en cuenta las diversas pruebas que confirman la evolución: las biogeográficas, es decir, el reparto de especies por el mundo; las paleontológicas, relacionadas con los fósiles; y las anatómicas, que relacionan a todos los seres vivos actuales con sus antepasados comunes. Siendo esto así, todo el mundo se va dando cuenta poco a poco de lo innegable que es la evolución, e incluso los creyentes le han encontrado un hueco a dicha teoría en sus creencias religiosas.

En resumidas cuentas, que hoy estemos aquí y seamos como somos se deben a la historia evolutiva de las especies, que, aunque parezca algo sacado de una película de fantasía, año tras año ha hecho que pasemos de ser organismos unicelulares a seres complejos y racionales.

domingo, 3 de noviembre de 2013

"El árbol de la ciencia": ¿Por qué ese título?


“El árbol de la ciencia”, la novela noventayochista de Pío Baroja, es un libro con un título realmente significativo, aunque a veces ni siquiera nos planteemos el porqué de él. Eso será lo que intentaremos aclarar mediante esta redacción. Lo cierto es que no hay una sola razón para dicho título: diferentes personas le han atribuido diferentes causas, pero las principales, en mi opinión, son las siguientes.

En primer lugar, de la misma forma que el resto de escritores noventayochistas, Baroja plasmó en su novela sus reflexiones filosóficas sobre la vida, tomando como tema principal la desorientación existencial. Frente a dicha desorientación, el protagonista, Andrés Hurtado, busca diferentes salidas para dar sentido a su vida y finalmente se da cuenta de que el conocimiento de la verdad, la ciencia, solo trae consigo sufrimiento. Exactamente lo mismo ocurre en la Biblia con los árboles de la ciencia y de la vida del Paraíso. Dios les dice a Adán y Eva que pueden comer tanto como quieran del frondoso Árbol de la Vida, pero no del Árbol de la Ciencia del Bien y el Mal, puesto que “su fruto les daría una tendencia a mejorar que los destruiría", tal como explica Baroja en su novela. Hurtado se da cuenta de la verdad que esconde este pasaje bíblico, reniega de la ciencia y opta por la ataraxia, la pasividad total, como forma de evitar el sufrimiento.

En segundo lugar, cabe mencionar la situación española de la época. España estaba sumida en una profunda crisis política, económica y social, a lo que se sumó el llamado desastre del 98: la pérdida de las últimas colonias de Ultramar. Es muy posible que el escritor donostiarra utilice la expulsión de Adán y Eva del paraíso como metáfora de que España, a causa del desastre y la crisis, también había sido expulsada del paraíso.